miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tú preguntaste, yo respondo (I)




Me han llegado bastantes preguntas de mis lectores y voy a tratar de contestar a todas ellas de forma breve y clara. Algunas las he refundido porque, aunque se planteaban de formas diversas, la cuestión era la misma.

Las he dividido en tres categorías: el sistema escolar, mis blogs y mi vida (no entiendo qué interés puede tener mi vida privada y, por supuesto, no voy a responder a todo lo que se me pregunta...).

Empiezo con algunas preguntas sobre la educación en casa (en adelante "eef", por "educación en familia"):

¿Qué le dirías a alguien que se esté planteando educar en casa?

Lo que suelo decirles es que traten de ser conscientes de cuáles son sus motivos para plantearselo; que tengan en cuenta que es una opción minoritaria y, en no pocas ocasiones, criticada. Que vean cuáles son sus recursos reales, sobretodo en cuestión de tiempo. Que traten de descubrir si contarían con el apoyo de su gente más cercana (familiares y amigos) y que se pongan en contacto con homeschoolers de su zona.
Pero, sin duda, lo más importante es conocer la opinión de sus hijos.

¿De verdad le dejas elegir (a tu hijo)? ¿De verdad crees en la autorregulación?

Sí, de verdad de la buena. Él elige a qué hora se acuesta y a qué hora se levanta. Elige qué come y cuándo lo come. Elige qué ropa ponerse. Elige cuándo ver y qué ver en la tele. Elige a qué "extraescolares" quiere ir. ¿Significa esto que hace siempre lo que le da la gana? No, en absoluto. Aunque imagino que algunas personas imaginan a mi hijo como un pequeño salvaje incontrolado... En casa somos dos y, por tanto, debemos coordinar nuestras libertades: la mía termina donde empieza la suya, y viceversa.

Además, es mi función como madre enseñarle y proponerle actividades y comportamientos. Yo puedo proponerle que leamos la versión infantil del Quijote, pero él decidirá si lo toma o lo deja. Ahora bien, él nunca podría pedirme esa lectura si no supiera que existe y que está a su alcance. No sabría lo que es la biblioteca si yo no lo hubiera llevado la primera vez, sin que me lo pidiera. Y, así, un largo etcétera.

Por otro lado, también sabe que algunas cosas que puede hacer en casa, no debe hacerlas en casas ajenas (por ejemplo, saltar sobre el sofá); sabe comportarse en sociedad porque observa y aprende por imitación, porque, cuando no le queda claro, pregunta y porque, cuando yo considero algún asunto realmente relevante, se lo explico.

En uno de los carnavales recomendaste algunas lecturas sobre eef pero ¿qué blogs y webs recomendarías?

Seleccionar unos cuantos es harto difícil. En el Google Reader tengo más de cien blogs de homeschoolers/unschoolers... Pero si tengo que mojarme, me mojo:

En inglés:

Why homeschool, de Henry Cate (quien, por cierto, enlaza nuestro Carnaval español)
The homeschool blog, de Wendy

Pero sin duda, las reinas son cuatro madres unschoolers:

Sandra Dodd
Joyce Fetteroll
Tammy Takahashi
y Pam Sorooshian

En español tengo más problemas para elegir, porque todos los blogs son muy personales y no usan el formato artículo tanto como los que he elegido para el apartado de blogs en inglés.

Confieso que me encanta leer (sin desmerecer a las demás) a María, a Paloma y a Ipe. Es una cuestión de gustos, una elección personal, subjetiva y arbitraria.
El blog de Sylvia es una mina de recursos. Y el de Madalen, que es referencia obligada y creo que no necesita presentación ;-)


Esto es todo por hoy, pero continuaré (y podéis seguir mandando preguntas a tarkuskids (arroba) gmail (punto) com).

¡Gracias a todos los que habéis colaborado!


domingo, 27 de septiembre de 2009

XIII del Carnaval de Blogs: cómo educar en casa y no morir en el intento: trucos de organización



Que cómo nos organizamos, pregunta Esther.

Pues, como podemos, me dan ganas de contestarle...

Pero no voy a ser tan desconsiderada y voy a intentar escribir una entrada digna del mejor carnaval de blogs. Creo que mis "Diarios de una semana..." reflejan bastante bien cómo me organizo. La de invierno tuvo mucho éxito; con la de verano fracasé y sólo conseguí postear de lunes a miércoles. Es lo que tiene el verano, que la vida se vuelve imprevisible y la poca organización que tenemos en invierno se va al carajo.

Debo empezar aclarando que los asuntos académicos no están organizados en esta casa. De hecho, no existen desde que dejamos de hacer Kumon. Cuando apetece, nos dedicamos a tareas didácticas. Cuando apetece, nos dedicamos a tareas lúdicas. En realidad, creo que es lo mismo...

Para este curso, me había planteado la opción de trabajar con workboxes pero, al final, decidí que no (queda para otro post).

Así que, hablemos del hogar. Inspirándome en la maravillosa Flylady, ésto es lo que hago (o lo que intento hacer):

Cada día de la semana, de lunes a viernes, tiene asignadas:
  1. una tarea doméstica
  2. una zona de la casa


Las tareas están repartidas así:

El reparto de tareas por días es muy útil para no agobiarse, porque sabes que cada cosa será hecha en su momento.

Damián colabora con las tareas concretas que le encomiendo. No le digo que ordene una habitación porque no sabría por dónde empezar, sino que le digo exactamente lo que debe hacer: meter los playmobil en su caja, tirar los papeles a la basura, meter la ropa sucia en la lavadora, etc. A veces, dibujo en una hoja todo lo que tenemos que hacer antes de salir de casa: lavarnos las manos, vestirnos, sacar la basura, poner la lavadora, etc. Y, hablando de lavadoras, encontré una idea fantástica en un blog que leo habitualmente. Consiste en poner una foto de cada paso encesario para hacer la colada. Espero ponerlo en práctica dentro de no mucho tiempo.

Esta semana además, incorporo una rutina que es nueva para mi: la planificación semanal de menús, que corresponderá a los miércoles (así, el jueves tendré la lista de la compra preparada en función de lo que vayamos a comer a lo largo de los próximos seis días). Mi madre, que me conoce como si me hubiera parido, está convencida de que no voy a conseguirlo (¿a qué sí, ma? ¡Pues lo vas a flipar!).


La división de la casa por zonas, funciona así:

Se divide la casa en 5 zonas y se reparten éstas por días, de lunes a viernes.

Cada día, debes dedicar un tiempo (pre)determinado a la zona correspondiente. No importa si son 15 minutos o 45, lo importante es la constancia.

El gran recurso para tener éxito en el intento es el uso del temporizador. Por ejemplo: si hoy te tocan 15 minutos en el salón, que serán de 9.00 a 9.15 am.

Lo primero que debes hacer es preparar todo el material que necesitas (trapos, fregona, etc), incluyendo una bolsa de basura y una caja. Cuando lo tengas todo listo, pones el temporizador para que suene dentro de 10 minutos y empiezas a ordenar, limpiar, tirar y, en la caja que habías preparado, metes todo lo que vayas encontrando que no pertenezca a la zona en la que estás trabajando.
Cuando suene el temporizador, paras. Recoges todo el material que has utilizado y dedicas el tiempo necesario a vaciar la caja llevando cada cosa a su sitio.

En la versión original de Flylady, se dedica una semana a cada zona. A mi, personalmente, me funciona mejor el método zona/día porque así repaso toda la casa cada semana.

También tenemos algunas actividades fuera de casa y éstas, como tienen horario impuesto, no suelen dar problemas ;-)

Los lunes y miércoles (con una sesión opcional los viernes, a la que no solemos ir), kárate.

Los viernes por la noche, Grupo de Participación Infantil de CRJ (también conocido como "esplai").

Los sábados por la mañana, básquet (juega él, yo sólo le acompaño)

Los sábados por la tarde, bailes folclóricos (bailo yo, Damián sólo me acompaña).

Y, un viernes al mes, cuentacuentos en la biblioteca pública.

Para mi es imprescindible el calendario de pared (más incluso que la agenda, porque la agenda olvido mirarla, pero el calendario lo veo aunque no quiera) donde apunto cosas varias: citas, actividades, celebraciones, etc.

Por supuesto, lo que hacemos fuera de casa es mucho más fácil de cumplir, pero tiene más encanto lo que improvisamos el resto del tiempo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Motivos para desescolarizar (III)

Aquí el I, y aquí el II.



-Elegid un número del 1 al 10 y escribid una redacción de 300 palabras sobre por qué es vuestro número preferido.

-Ya no será mi favorito cuando haya terminado.

Motivos para desescolarizar (II)

Éste es otro (el primero, aquí):

Doctor Mateo

Un amigo -y paisano- me sorprendió el otro día confesando que estaba enganchado a la serie Física o Química, de Antena3 (que, por cierto, ayer vi para comprobar sus gustos y reconozco que me reí un montón). Hay otra serie, en la misma cadena, titulada Dr. Mateo y de la que hoy he visto un capítulo en internet.

En este capítulo, una familia deja el pueblo y ello conlleva el cierre del colegio por no llegar al cupo mínimo de alumnos. En la misma semana, llega una nueva familia, que también tiene un hijo. Pero, oh sorpresa, ese niño está siendo educado en casa.

Primero pensé que qué bien que salga la educación en casa por la tele, en una serie en prime time, a ver si se normaliza un poco el asunto.

Después -hoy- vi el capítulo y pensé que qué pena la imagen que se da de la familia en cuestión: los padres, un par de iluminados; y el hijo, un vándalo. Las familias homeschoolers que conozco no son así, pero, claro, la tele es ficción. Aunque también hay gente que se cree todo lo que ve en la tele, así que apañados vamos.

Lo bueno son los comentarios que salen después, hablando no sólo de la legalidad sino de los resultados positivos que esta opción educativa puede tener y tiene. Además, las que quedan fatal son las madres pro-cole, que se inventan un niño ante la inspectora de educación para evitar el cierre del colegio. En fin.

No sé si en episodios posteriores ha seguido saliendo esta familia, creo que no, pero no estaría mal que se conviertieran en personajes habituales, los perros verdes.

Desde este enlace podéis ver el capítulo. Y de gratis.


http://dr-mateo.seriespepito.com/capitu ... no-empezo/



miércoles, 23 de septiembre de 2009

Al meu país la pluja - Dedicado a mi madre

Estos días no para de llover y he rescatado una canción que mis padres escuchaban cuando yo era pequeña. Ellos la escuchaban y yo sólo la oía. Ahora yo la escucho, la entiendo y pienso "¡cuánta razón tiene!". Habla de décadas atrás, pero sigue siendo actual. Por desgracia.

La música de mi infancia vuelve, si es que alguna vez dejó de estar. Hablé de Ibáñez en su día y hoy traigo a Raimon, ese valenciano que todas las mañanas compra el periódico en el quiosco de Rambla Canaletas. Siempre lo imagino en su piso del Raval, als matins a ciutat, con el café y el periódico de las Ramblas.







Al meu país la pluja no sap ploure: (En mi país, la lluvia no sabe llover)
o plou poc o plou massa; (o llueve poco o llueve demasiado)
si plou poc és la sequera, (si llueve poco es la sequía)
si plou massa és la catàstrofe. (si llueve demasiado es la catástrofe)
Qui portarà la pluja a escola? (¿Quién llevará a la lluvia al cole?)
Qui li dirà com s'ha de ploure? (¿Quién le dirá cómo se llueve?)
Al meu país la pluja no sap ploure. (En mi país, la lluvia no sabe llover)

No anirem mai més a escola. (Nunca más iremos al cole)
Fora de parlar amb els de la teua edat (Aparte de hablar con los de tu edad)
res no vares aprendre a escola. (nada aprendiste en la escuela)
Ni el nom dels arbres del teu paisatge, (ni el nombre de los árboles de tu paisaje)
ni el nom de les flors que veies, (ni el nombre de las flores que veías)
ni el nom dels ocells del teu món, (ni el nombre de los pájaros de tu mundo)
ni la teua pròpia llengua. (ni tu propia lengua)

A escola et robaven la memòria, (En la escuela te robaban la memoria)
feien mentida del present. (hacían mentira del presente)
La vida es quedava a la porta (La vida se quedaba en la puerta)
mentre entràvem cadàvers de pocs anys. (mientras entrábamos cadáveres de poca edad)
Oblit del llamp, oblit del tro, (Olvido del rayo, olvido del trueno)
de la pluja i del bon temps, (de la lluvia y el buen tiempo)
oblit de món del treball i de l'estudi. (olvido del mundo del trabajo y del estudio)
"Por el Imperio hacia dios"
des del carrer Blanc de Xàtiva. (desde la calle Blanc de Xàtiva)
Qui em rescabalarà dels meus anys (¿Quién me resarcirá de mis años)
de desinformació i desmemòria? (de desinformación y desmemoria?)

Al meu país la pluja no sap ploure:
o plou poc o plou massa;
si plou poc és la sequera,
si plou massa és la catàstrofe.
Qui portarà la pluja a escola?
Qui li dirà com s'ha de ploure?
Al meu país la pluja no sap ploure.

(1983)




martes, 22 de septiembre de 2009

Tú pregunta que yo respondo

En los últimos meses he recibidos bastantes preguntas de lectores via mail. Muchas de ellas se repiten, así que estoy preparando un post de "preguntas frecuentes" para no contestar 25 mails diciendo prácticamente lo mismo.

De modo que, si tenéis preguntas, aprovechad para hacerlas ahora y así las puedo incluir en el post. Podéis mandarlas a tarkuskids (arroba) gmail (punto) com. (Lo siento, exceso de spam últimamente...).

viernes, 18 de septiembre de 2009

En lo bueno y en lo malo




Existen infinidad de blogs de homeschoolers en idiomas varios. Compartimos recursos, experiencias, logros y asuntos varios. Tenemos incluso un día para presumir. Pero, de vez en cuando, aparece un desahogo como el que el otro día le salió del alma a Sandra. Marcela también había pasado por eso y llegó a cerrar el blog en dos ocasiones distintas, creo que la última, definitivamente.

Hemos elegido un camino radical y, en no pocas ocasiones, solitario. Decidir no escolarizar es como decidir casarse: te comprometes con tus hijos y tienes que estar al 100%, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, etcétera, etcetera.

La mayoría utilizamos los blogs para compartir lo fantástico y maravilloso de nuestras vidas sin escuela. Pero eso no singifica que todo sea siempre fantástico y maravilloso.

Hay dudas que vienen y van, pero siempre vuelven.

Hay críticas con las que es difícil lidiar.

Hay momentos en los que se tambalea el equilibrio familiar: la casa no se limpia sola, no llegamos a fin de mes, el marido nos deja, llegamos tarde al trabajo, el niño entra en una etapa de rebeldía, de apatía, de desmotivación, lo que sea. No damos para tanto.

Pero no debemos olvidar que estas cosas pasan en todo tipo de familias. Por supuesto, tenemos la dificultad añadida de haber elegido una forma de educación poco convencional, poco conocida, poco comprendida, poco legal, incluso.

Leer blogs de otros homeschoolers nos ayuda a veces. Otras veces, sin embargo, puede hacernos sentir que nuestra vida no es todo lo perfecta que debería ser... la hierba siempre es más verde en el jardín del vecino... Olvidamos que en los blogs no está todo; que, del mismo modo que nosotras dejamos constancia de las cosas buenas, las demás bloggers homeschoolers hacen lo mismo: su blog no refleja toda su vida, sino sólo una parte muy concreta de ella.

Y para eso tenemos los mails, los teléfonos, las redes de apoyo, los encuentros. Es importante que nos veamos cara a cara, con los de cerca y con los de lejos.

Se dice que los trapos sucios deben lavarse en casa. Pero quizás deberíamos publicar desahogos de vez en cuando, aunque sea para no dar la impresión de vivir un cuento de hadas, de ser mujeres perfectas que viven en casas perfectas y tienen un trabajo perfecto y dan a sus hijos una educación perfecta.


No sé quién dijo que la libertad implica soledad. El camino del homeschooler es un camino en libertad. Ergo... en soledad...



martes, 15 de septiembre de 2009

Adultos sin argumentos




No sé si esto es cada vez más habitual o si soy yo, que cada vez me fijo más y casi tengo obsesión con el tema.

El hecho se repite, una y otra vez, en diferentes lugares, con diferentes personas y en diferentes situaciones. Pero el hecho es el mismo: los adultos no tienen argumentos para apoyar sus decisiones frente a sus hijos.


Ejemplos reales:

Ejemplo número 1: el parque del pueblo, una tarde de verano. Hace calor (claro, es verano...). Los niños juegan, corren, SUDAN. Damián se quita la camiseta. Lógico, tiene calor. Yo estoy sentada a la sombra tomando un refresco y tengo calor. Él está corriendo al sol. Lógicamente, se quita la camiseta para estar más fresco. Un poco más allá, otro niño que juega, corre y suda, se acerca a su madre y le dice:

-Quiero quitarme la camiseta.

-No.

-Vaaa...tengo calor.

-He dicho que NO.

-Pero -ojo, que aquí viene la pregunta del millón- ¿por qué no?

Y la señora responde con otra pregunta:

-¿No ves que nadie va sin camiseta? (Ole y ole su argumento)

Y el niño, lógicamente, le espeta:

-Damián va sin camiseta.

Reacción de la madre: mirada de odio hacia mi (a la que respondo con mi sonrisa más dulce) y bronca al niño. Se han jodido el resto de la tarde y se van a casa entre gritos y lágrimas. ¿Merecía la pena?

Ejemplo número 2: Estamos en un bar y hay una moto de esas que van con un euro. Una niña lleva un buen rato subida a la moto, que está parada. Al final, se atreve a pedirle el euro a su padre:

-Pa, quiero montar.

-No, cariño, es que no funciona.

La niña inspecciona la moto sin ver nada fuera de lo normal, e insiste:

-Pa, pruébalo, a ver si funciona.

-No, ¿no ves que no tiene luces ni nada? No funciona.

La niña se baja decepcionada. Probablemente, la niña sabe que las luces no se encienden hasta que no metes el euro. Poco después, Damián se monta en la moto, mete el euro y... oh, sorpresa, la moto sí funciona. Este padre a lo mejor se ha salido con la suya, pero le ha mentido a su hija. Y ahora su hija lo sabe.

Ejemplo número 3: Esa misma tarde, en otro bar. Esta vez es un coche y no una moto, pero el caso es el mismo. La niña se monta y le hace señal a su madre para que le eche el euro.

-Es que no funciona, ¿no ves que no tiene luces?

Esta vez, la niña es demasiado pequeña para decir nada, así que la bajan y ella se deja. A mi me apetece darle un euro a Damián para que monte, aunque sólo sea para dejar a la mujer en evidencia. Pero no vale la pena. Hoy ya hemos gastado demasiado dinero y así se lo explico a mi hijo. Él lo comprende y decide que ya montará otro día.

Ejemplo número 4: Es lunes -ayer, para más señas- estamos saliendo del super con la compra. Damián mete la mano en la bolsa y saca un huevo kinder, me lo da para que se lo abra, se lo abro, se lo devuelvo, se lo come. Está super contento porque le ha tocado un juguete que aún no tenía (raro, porque los tiene prácticamente todos...). Aparece una niña con cara de haber sido testigo de un espeluznante crimen, tira del brazo de su madre y le dice:

-¡¡¡¡Pero si hoy es lunes!!!!

¿Perdón? ¿Me he perdido algo? Ah, sí, esa estúpida norma social según la cual sólo se pueden comprar este tipo de golosinas de viernes a domingo (en algunas familias, ni siquiera el viernes). Se les repite a los niños desde que son casi bebés, así que nunca llegana plantearse el por qué de esa norma. ¿Qué tiene el sábado que no tenga el lunes? Pero, claro, esto funciona porque es una especie de conspiración de todos los padres y madres del mundo... hasta que aparece una madre como yo (mala madre, dejada, sin criterio, etc) y consigue que algún niño se plantee que quizás no es ningún pecadomortal (ni venial) comer chuches en lunes.


El porque sí, el porque no y el porque yo lo digo están a la orden del día. Además, los niños tienden a no pensar, así que los adultos lo tienen bastante fácil. Y, la peor de todas, es la amenaza de "cómo se entere tu padre, verás". Esta queda para otro post, que ya me estoy calentando.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Jueves presumido: retiro espiritual

Hace unas semanas, Jacqueline nos invitó a presumir todos los jueves. Como ya es medianoche, ya puedo presumir:

Hoy presumo del retiro espiritual que hemos compartido Damián y yo los últimos dos días. Hemos estado dos días enteros retirados del mundo civilizado, en una casita en el fondo de un barranco, sin teléfono, sin tele, sin internet, sin gente, sin ruidos de coches, ni música, ni gritos, ni la campanita del dichoso trenecito de turistas que pasa por nuestra calle cada 45 minutos...

Este personaje vigilaba nuestro sueño:



Y este otro lo perturbó dándonos un susto de muerte al tirarse sobre nuestra cama de madrugada, después de haberse colado por la ventana:




A pesar de todo, el sueño fue profundo y reparador.
Por la mañana dimos un paseo entre helechos, zarzamoras, higueras y naranjos.
Hicimos una visita a los burros de la finca
:







Nos bañamos en agua he-la-da sin cloro ni sal y tomamos el sol junto a los restos del temazcal del mes pasado
:










Sé que algunos de mis lectores suelen esperar "pruebas" de "asuntos didácticos", así que os dejo la foto de una "clase de mates" en la que repasábamos la secuencia numérica:



Y, por último, algunas fotos sólo para presumir:











*Sé que debo algunos mails, prometo ponerme al día a lo largo de esta semana

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Carnaval de blogs: convocada la XIII edición



Esther, más rápida que nadie, ha convocado la XIII edición del Carnaval de Blogs de Eef desde su blog Alzar el vuelo, y lo ha titulado "Cómo educar en casa y no morir en el intento". Me gusta el tema y espero que haya una alta participación.

sábado, 5 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

XII edición del Carnaval de Blogs: ¡Viva la diferencia!



Ipe nos invita a relatar cómo viven nuestros hijos la diferencia. De su convocatoria, destaco este párrafo, que puedo hacer mío, con su permiso:
A lo largo de estos años me han acusado muchas veces de estar imponiendo a mis hijos un opción que en realidad era nuestra (de los padres)... y cuando yo respondía que si dejamos el colegio fue a petición de ellos, la ceja levantada del escepticismo siempre hacia su aparición. Acompañada generalmente de la pregunta sarcástica "¿Y les haces caso en todo?"... lo que por mi parte daba el dialogo por cerrado con una sonrisa y un tenue "no nos vamos a entender".


Conversación real con D.:

-¿Quieres ir a la escuela?

-¿A la escuela de kárate? ¡Claro que quiero!

-No, a la escuela... normal (lo siento, no sabía cómo decírselo xDD)

-¿En la que dan clases?

-Sí

-No, no quiero ir. Sólo a la de kárate.


No sé de dónde ha sacado lo de "dar clases" pero no es la primera vez que se lo oigo decir. A veces dice que cuando tenga 10 años irá; imagino que lo dice porque los 10 años le quedan lejísimos.

Una de las ventajas que tiene D es que puede comparar: ha estado en el cole y ha estado en casa. Sus preferencias están claras.

En realidad, los que sienten la diferencia no son ellos, ni sus amigos, ni sus padres. Quienes sienten la diferencia, fundamentalmente, son los adultos que no educan en casa.

Conversación real con una niña de 4 años:

-¿Damián a qué cole va?

-A ninguno.

-¿Por qué?

-Porque prefiere hacer cosas en casa conmigo.

-Ah.


Ahora, conversación real con un adulto:

- (aquí, cualquier comentario típico sobre el cole)

-No, Damián no va al cole

-¿¡¡No!!? Pero necesita el contacto con otros niños...

-Tiene muchos amigos. ¿No lo estás viendo jugar desde hace dos horas con tus hijos?

-Bueno... pero... necesita una rutina...

-A mi no me gusta la rutina. Me aburre. ¿A ti te gusta levantarte a las 6.30, ir a trabajar, comer, sacar a los niños del cole, llevarlos al parque, bañarlos, cenar, ver Camera Café y acostarte? ¿Todos los días?

-Bueno, claro, visto así... pero la vida es así; hay obligaciones.

-Sí, claro, hay obligaciones.

-Tiene que aprender que no puede dormir hasta la hora que quiera; tiene que aprender a leer y otras cosas.

-Yo no soy quién para negarle el descanso a su cuerpo. Y cuando realmente tiene que levantarse temprano, se lo explico y lo hace. Y ya sabe leer. Y sabe contar hasta 100 y sumar más uno. Tu hijo, ¿qué me decías? ¿Que ya sabe hasta el 10?

-Bueno, claro, es que tú has ido a la Universidad; yo no podría hacerlo, uno tiene que estar capacitado.

-No hace falta ir a la Universidad para enseñar a contar hasta 100... pero, mira, son opciones personales, a nosotros nos va bien así. ¿Te he juzgado yo por llevarlos al cole? ¿Te he dicho todo lo que se están perdiendo?

-No, claro, cada uno sabe lo que le conviene...

Creo sinceramente, y espero que nadie se ofenda con lo que voy a decir, que muchos de los adultos que nos juzgan y critican por no escolarizar, en realidad se sienten amenazados. Sienten que el contacto con nosotros pone en entredicho su decisión no meditada de delegar la educación de sus hijos en terceros extraños. Lo fácil, ciertamente, es llevarlos al cole a las 9, irte a hacer tu vida de adulto y recogerlos a las 2 para darles de comer y llevarlos a las extraescolares. Luego, con un poco de suerte, irán a casa de un amigo, o se los quedará la abuela un rato. Y sólo faltará bañarlos, darles la cena y acostarlos. Esto es lo fácil. Pero no sé si esto es tener hijos o tener herederos. Esa gente que el 22 de diciembre dice: "¡qué largas van a ser estas dos semanas!" y esa gente (que es la misma) que el 1 de septiembre dice: "menos mal que ya llega la vuelta al cole, ya no sabía qué hacer con ellos en casa todo el día"; esa gente que me perdone, pero tiene un problema.

A mi no se me hace largo el día por estar con el niño. Y, además, soy feliz porque no tiene que estar con la mano levantada esperando permiso para hablar; y porque puede ir a mear cada vez que lo necesita; y porque no tiene que demostrarle a nadie lo que ha aprendido; y porque tiene las ideas claras y sabe lo que quiere y lo que no; y porque nunca me ha dicho "estoy aburrido, ¿qué puedo hacer?".

Lo bueno de vivir de modo diferente (hablemos de educación, de vacunas, de alimentación o de cualquier otra cosa) es que tienes tus propios argumentos.

Conversación real en el parque entre un niño y su madre (tarde de junio, hace calor):

-Mamá, quítame la camiseta.

-No.

-Quiero jugar sin camiseta.

-No digas tonterías. ¿No ves que nadie va sin camiseta?

-Damián va sin camiseta.

Aquí, la madre me mira con cara de odio, se ve que me desprecia. Pero es que realmente hace calor, y los niños están corriendo y sudando. Y "no ves que nadie va sin camiseta" no es un argumento válido...

Otro niño lloraba muchísimo cada vez que tenía que entrar al colegio. Llegó a decirle a su madre, entre sollozos, que no lo llevara nunca más. El único argumento que su madre encontró fue: "Todos los niños tienen que ir al cole". ¿Es ése un argumento? Por supuesto, el niño contestó: "Damián no va al cole".


*Lo siento, no quería juzgar a nadie, pero no he podido evitarlo. Todos los niños a los que he preguntado si preferirían ir al cole o quedarse en casa me han contestado que... preferirían quedarse en casa. Pero, claro, sus padres nunca se lo han preguntado. Y se considera un gran logro social que ahora en el pueblo haya "aula de bebés", para niños de 4 a 12 meses... Supongo que algunos niños realmente están mejor en el cole que en casa. Todas las anécdotas que he relatado son reales y, con ellas, sólo pretendo demostrar que, quienes viven la diferencia (o, al menos, quienes la viven como algo negativo), son los adultos que no educan en casa.



¿Quién tiene el tiempo?



(Fragmento de la entrevista que la Vanguardia realizó al tuareg Moussa Ag Assarid)

¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?
Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba… Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre… Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

¿Sí? No parece muy estimulante. ..
Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas… Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

Saber eso es valioso, sin duda…
Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?
Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso. ¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

(...)

Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo.
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